Escocia en la Alta Edad Media

El castillo de Dunnottar en el Kincardineshire ocupa una de las mejores posiciones defensivas en Gran Bretaña. El sitio, construido en el siglo xiii, estuvo en uso durante la Alta Edad Media.

La historia de Escocia en la Alta Edad Media abarca desde la muerte de Donald II hasta la muerte del rey Alejandro III, que llevó indirectamente a las Guerras de independencia de Escocia.

En los siglos x y xi, el norte de Gran Bretaña estuvo cada vez más dominado por la cultura gaélica y por el señorío gaélico de Alba, conocido en latín como "Albania" o "Scotia" y en inglés como "Scotland". Desde el este de Escocia al norte del río Forth, el reino adquirió el control de las tierras situadas al sur. Tuvo una cultura floreciente, y abarcó la mayor parte de la población de habla gaélica.

Después del reinado de David I, los monarcas escoceses eran descritos más como "escoto-normandos" que gaélicos, por preferir la cultura francesa a la cultura nativa escocesa. Esto dio lugar a una "Conquista Normanda" de Escocia, una de cuyas consecuencias fue la propagación de las instituciones y valores sociales franceses. Las primeras ciudades, llamadas burgos, aparecieron en esta misma época y con estos burgos, se propagó también el inglés medio. Hasta cierto punto, estos acontecimientos fueron contrarrestados por la adquisición de los "nórdico-gaélicos" del oeste y la "gaelización" de muchas familias de origen francés o normando. Este período se cierra con lo que se ha llamado un renacimiento gaélico y la integración en las gentes de una identidad nacional escocesa. Estos cambios económicos, institucionales, culturales, religiosos y legales acercaron a Escocia a Inglaterra y al continente europeo. Para el año 1286, las fronteras políticas del reino de Escocia eran muy parecidas a las de la Escocia moderna.


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